Este proyecto para mí es una “vuelta a casa” después de los viajes, la extensa formación, las experiencias vividas que me descubrieron nuevas formas e intereses. Con este bagaje regresa mi mirada a la cultura árabe que impregna mi retina desde niña.

Mi intención es que la magia de la luz de Tánger aflore a través de mis cuadros. La luz cálida de los zocos inunda los espacios urbanos, ilumina a las personas y los objetos.

Esta realidad es la que inspira mi obra, es el espectro multicolor que ofrece, el que quiero plasmar en mi paleta cromática en la que la armonía de colores cálidos es la protagonista.

Con una mirada intimista me acerco a las personas, me recreo en los detalles. Pinto a los personajes y lo cotidiano, con una técnica donde domina el color y la textura. La luz y calidez del colorido mundo árabe impregna mi obra.

Reconociendo la influencia de la fotografía, intento mostrar en mis encuadres una visión personal de la realidad. Una realidad rica en matices y vivencias que proporcionan los viajes hacia otro lugar.

La técnica de los empastes y la textura de los pigmentos son los instrumentos que utilizo para captar la realidad con toda su fuerza. expresiva. Intento plasmar una realidad intimista, de puertas para dentro, encuentro un gran apoyo en la fotografía para capturar instantes, impresiones, detalles…

Con esa inmediatez que me permite la fotografía puedo ver sin apenas ser vista y, posteriormente, visualizar una y otra vez ese momento irrepetible para poder luego recrearlo e interpretarlo en mi pintura, creando así una nueva realidad.

Utilizo la técnica al óleo. Mi fuente de inspiración nace de la observación intima de la realidad en la que lo belleza de lo íntimo y de lo intemporal trasciende a la pintura plasmada en el lienzo.

Se trata de dos maneras de contemplar la realidad, intimista y cálida, cercana las personas, me recreo en los detalles a través de la luz y el color.